algo acerca de La ilusión de vivir
24.julio.2025
He iniciado la semana un poco raro, me siento terrible
El sábado pasado, tuve que dormir a una gatita que adopté hace como un año. Era irremediable. Gato blanco y tenía carcinoma en las orejas. Vivió un año en un hogar lleno de amor hasta que fue hora de despedirnos. No tuve ni una hora de duelo porque había aceptado formar parte de un proyecto que, por diferencias en ética y valores, decidí desvincularme éste mismo lunes. Fue un sábado horrible y el estrés que causó en mí todo el revoltijo de emociones, desde el duelo hasta el coraje que llegué a sentir, acabaron como una bomba en mi cuerpo pues somaticé todo. Entonces, estuve gran parte de la semana sintiendo como si se me fuese a apagar algún órgano.
Ahora, hoy amanecí mejor.
Resulta que hoy corrí mi primer evento sola y salió relativamente bien. Me empastillé a muerte y tomé millones de lactobacilos para que hoy, por fin, encontrara un poco de claridad mental.
He pensado mucho en el peso de las palabras y como dictan la energía de nuestra vida y camino.
Entre tanto somatizar, olvidaba que me tomaba muy en serio todo esto de vivir (como le suele pasar a uno). Olvidaba que realmente, de lo que se trata todo, es de sentir lo más posible y vivir exactamente como se nos dé la gana. Que no hay un camino, que no hay una forma correcta. Que nada vale la pena como para atropellarnos, para traicionar aquello que somos y en lo que creemos.
Luego, olvido detener tantas dudas acerca de las decisiones que tomo.
Eso sí, procuro callar esa voz que me dice que no vale la pena intentarlo, que no vale la pena aprender, que ya es tarde para empezar de nuevo, para cambiar.
Incesante, entre tantas dudas que me han inundado los últimos meses, estaba aquella clave; ‘‘¿qué estoy construyendo?’’. Fue ahí, y fue apenas, que estructuré todo. Encontré el camino y las dudas que sí valen la pena.
¿qué estoy construyendo?
¿cuál es la realidad que quiero vivir?
¿QUÉ ES LO QUE QUIERO HACER EN UNOS AÑOS REALMENTE?
ENTONCES, ¿A QUÉ LE ESTOY DEDICANDO MI TIEMPO?
¿CÓMO ME QUIERO SENTIR?
Aún así pasará el tiempo, entonces, ¿por qué no cumplir mi sueño?
Pienso vivir la realidad en mis términos.
Ya no pienso dedicarle un segundo más a las dudas ni a aquello que no me encamine a aquella realidad que quiero.
Hoy, regresando de trabajar, apurándome entre la lluvia para abrazar a Momo, empapándome pues me niego a comprar un paraguas, me inundó un sentimiento que, todo esto valdrá la pena algún día (y ya lo vale, pues vivo aquella vida que alguna vez soñé). La paradoja. Crecemos junto con nuestros sueños.
Toda ésta semana, a pesar de sentir que el cuerpo se me venía abajo, no paré de repetirme: ‘‘quizás no estoy bien, pero voy mejorando cada minuto’’. Lo repetí hasta que, finalmente, hoy fue verdad y el sol brilló un poco más y el aire pegó un tanto más fresco.